La Sierra de las Pelas constituye un enclave arqueológico de gran
importancia debido al hallazgo de los restos de un emplazamiento
íbero, situado temporalmente en la Edad de
Bronce. De él quedan los restos
de su muralla y de lo que
supuestamente fue un torreón . A sus alrededores
se encuentran situadas varias aljibes naturales, que servirían para abastecer
de agua potable a los pobladores. También destaca la presencia de una gran
variedad de plantas silvestres, esparto, retamas, tomillo y otras hierbas
aromáticas, que serían algunas de las plantas utilizadas por los antiguos
pobladores para elaborar recipientes, suelas para el calzado, o como plantas
medicinales. Desde este enclave,
gracias a su posición elevada y estratégica puede divisarse una enorme porción
de territorio, la belleza e inmensidad de los campos, los caminos y sendas principales e incluso los pueblos de
alrededor.
Su
situación estratégica permitiría la
conexión visual y el intercambio
de señales o de comunicación con otros territorios elevados de nuestro término.
Foto 1. Recreación de un emplazamiento íbero.
Foto 2. Restos de un torreón de la muralla.
Con el paso del tiempo, pobladores de otros lugares llegaron hasta la Península. Son los denominados pueblos colonizadores: Fenicios, Griegos y Cartagineses.
Los FENICIOS procedían de Asia y llegaron a la Península en el siglo VII a.C. Fundaron colonias o ciudades comerciales por el Mediterraneo, como Gadir (Cádiz) y Malaka (Málaga). Se dedicaban al comercio. Traían sus barcos cargados perfumes, maderas,aceites y joyas, y los intercambiaban con los pobladores de Iberia por oro, plata y estaño de sus minas. Entre sus aportaciones destacan el cultivo de la vid y el olivo, las almadrabas y técnicas de conserva como la salazón. También introdujeron los telares, el torno para hacer cerámica, la moneda, el abecedario, y el enterramiento en urnas.
Los GRIEGOS llegaron a la Península en
el siglo VI a.C. para comerciar con los metales, la sal y el esparto. Este
pueblo se caracterizó por la fundación de
polis o ciudades independientes, como Emporiom (Ampurias), Rhode (Rosas) y
Sagunto. Las situaban en lugares elevados y con puerto de mar para
poder llegar y partir con sus barcos. También se dedicaban al comercio, pero además
nos dejaron la cerámica policromada, el arado, el asno, la gallina, su alfabeto,
que incorporaba las vocales y su sabiduría , a través de la Filosofía, así
como la democracia como nueva forma de gobierno.
Los CARTAGINESES provenían de Cartago,
ciudad al norte de África, y llegaron a la Península en el siglo III a.C. Su
objetivo fundamental era la conquista de territorios, la posesión de sus riquezas y el dominio del comercio del Mediterráneo. Consiguieron
conquistar una amplia zona del sureste de la Península. Establecieron su
capital en Cartago Nova (Cartagena) y fundaron otras ciudades como Ebyssos
(Ibiza).
Los
Fenicios y los Griegos no llegaron hasta nuestro territorio, pero sus
aportaciones y su sabiduría nos llegaron a través de los pueblos vecinos. Los
Cartagineses sí lo hicieron, pero estuvieron poco tiempo debido a que otra gran
civilización se propuso conquistar Iberia y quedarse con el comercio del
Mediterráneo, se trataba de la
civilización Romana. En el año 218 a. C. los romanos llegan a la Península y se enfrentaron a los cartagineses en lo que
se conoce como Guerras Púnicas, al final de las cuales los romanos consiguieron
vencerles y expulsarles del territorio.