Tras
imponer su dominio en la península, los visigodos establecieron su capital en
Toledo y consiguieron ocupar toda la Península Ibérica y parte de Francia, pasando a denominarse REINO
DE TOLEDO. Permanecieron en ella unos 300 años, en los que se sucedieron
diferentes reyes. Destacan el Rey LEOVIGILDO, que consiguió la unidad política, y su
hijo RECAREDO, que se convirtió del arrianismo al cristianismo y consiguió la
unidad religiosa.
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En el año 711, Musa envió a sus tropas que estaban bajo el mando del lugarteniente Tariq, y dieron muerte a Don Rodrigo en la Batalla de Guadalete. A partir de este momento, los musulmanes empezaron a ocupar toda la península, y lo consiguieron en tan solo cuatro años, pues en muchas ocasiones fueron realizando pactos con nobles visigodos. Una vez ocupado el territorio, la denominaron AL-ANDALÚS, y pasó a convertirse en una provincia del Imperio Musulmán.